Cuando era un residente en cirugía plástica en el Columbia Presbyterian Medical Center, estaba ayudando en un caso de reconstrucción de senos. Los resultados fueron buenos, pero noté un poco de asimetría. Cuando le sugerí hacer de nuevo un lado, para corregirlo, mi médico me dijo: “El enemigo de bueno es perfecto”. Él estaba tratando hacerme ver que si algo se ve bien, tratar demasiado duro para que sea perfecto conlleva riesgos y el peligro de ir demasiado lejos y crear un problema. Esto me sorprendió, pues pensaba que la cirugía plástica era acerca de perfección.
Muchos pacientes también creen que la perfección es el objetivo de la cirugía plástica cosmética. Estos pacientes suelen decepcionarse con los mejores resultados de los mejores cirujanos. Mi trabajo como cirujano plástico consultando con pacientes, es asegurar que tengan expectativas realistas en cuanto a lo que la cirugía puede ofrecerles en su caso. El resultado depende de su apariencia física, su capacidad de curar, cómo cuidarse a sí mismo, y el trabajo de su cirujano. Mi arte sólo puede ayudar a uno de esos cuatro elementos, que es alrededor del 25%.
Quiero estar claro al afirmar que tengo la máxima confianza en mi habilidad quirúrgica y las habilidades de selección de pacientes, y paso mucho tiempo educándolos, en cuanto a cómo cuidar de sí mismos. Mis resultados son bastante buenos, como se muestra en nuestra galería de fotos.
Después de estar en la práctica privada por 14 años, ahora sé lo que mi profesor estaba hablando. No es que no se debemos intentar acercarnos a la perfección en sus resultados. Es que si tienes un buen resultado, no te tortures si no es perfecto. La perfección no existe.
Como posible paciente de cirugía plástica, este consejo es muy valioso también. Sea realista en sus expectativas, y tome un momento para comparar las fotos de antes y donde está después. No escuche a los que le susurran al oído con celos y malas intenciones. Tenga confianza y orgullo de las mejoras que ha realizado.