Como Cirujano Plástico Certificado, me esfuerzo para que cada paciente quede satisfecho con su resultado. También trato de hacerme sentir orgulloso del trabajo que hago. Entre todas las cirugías cosméticas, pero en particular en la cirugía facial, uno debe asegurarse de lograr un gran resultado, sin que se vea falso o exagerado. Voy a compartir con ustedes una historia de una paciente favorita.
Tuve el placer de cuidar de una mujer hermosa cubana en sus sesenta. Ella era feliz en la vida, siempre sonriente y vibrante. Quería tener una cirugía estética con el fin de lucir lo mejor posible para la boda de su hijo. Iba a ser 3 meses más tarde en Miami, y ella no lo había visto desde hace casi 10 años debido a Castro.
He realizado la operación, y la curación fue completa. Los dos estábamos contentos con los resultados, y se fue a la Florida con la promesa de volver con las fotos del evento. Yo esperaba con ansias su regreso (y las críticas de su familia).
Ella vino a verme a Yager Estética 2 semanas después del evento con las fotos en la mano y una sonrisa en su rostro. Después de escuchar los detalles sobre el viaje y el servicio y la familia, tuve que preguntarle sobre la reacion de su hijo cuando la vio.
Ella sonrió, y me dijo que su hijo estaba tan emocionado por verla. Él la abrazó, lloró, dio un paso atrás y la miró con asombro. Entonces él me dijo: “Mamá, te ves igual que hace diez años. Nunca cambias. ”
Un elogio mejor que eso, no puedo recibir.